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Discurso de clausura pronunciado por Giorgos Marinos, miembro del Buró Político del Comité Central del KKE en la teleconferencia de la Iniciativa Comunista Europea sobre el cien aniversario de la fundación de la URSS

En el discurso de clausura de la teleconferencia de la Iniciativa Comunista Europea, G.Marinos destacó entre otras cosas:

El debate de hoy entre los partidos de la Iniciativa Comunista Europea organizado por el Secretariado para el centenario de la fundación de la URSS contribuye al intercambio de opiniones y a la elaboración de argumentos útiles al servicio de la confrontación ideológica-política con las fuerzas burguesas y oportunistas que han intentado metódicamente calumniar la Gran Revolución Socialista de Octubre y el Estado obrero que ésta estableció, menospreciar y difamar la contribución histórica de la URSS al lado de los pueblos.

El debate puede contribuir al fortalecimiento de la confrontación con el anticomunismo de todo tipo, el que deriva de EE.UU y la Unión Europea, las fuerzas del euroatlanticismo, así como por la dirección rusa y las direcciones de las antiguas Repúblicas Soviéticas que utilizan todos los medios para difamar la revolución y su dirigente, Vladimir Ilich Lenin, el socialismo, y para apoyar la contrarrevolución y el capitalismo.

Defendemos la Revolución de Octubre, sacamos fuerza y utilizamos sus enseñanzas que son un recurso valioso para la lucha actual de los comunistas.

Porque la Revolución Socialista en Rusia demostró la fuerza insuperable de la clase obrera, de los obreros y el pueblo organizados y armados que bajo la dirección del Partido Comunista revolucionario derrotaron el adversario feroz, la burguesía, y derrocaron su poder.

Esta revolución cambió el curso de la historia, abrió una nueva época, la época de transición del capitalismo al socialismo, la “senda se ha trazado” y esto no se cancela ni por la contrarrevolución ni por la restauración capitalista.

El sistema explotador no puede dominar sus contradicciones. El enfrentamiento entre los monopolios y los Estados que representan sus intereses provoca guerras imperialistas, como la guerra en Ucrania, con los pueblos siendo las víctimas.

El Capitalismo ya está podrido. Se extiende la pobreza y el desempleo, se intensifica la explotación, se agudiza la contradicción básica entre capital-trabajo asalariado, se pone más necesaria, actual y realista la solución del contraataque popular, de la lucha por el socialismo-comunismo.

Defendemos la construcción socialista en la URSS y destacamos las conquistas y los logros de importancia histórica, sin embellecer, sin subestimar las dificultades, las debilidades y las deficiencias, en una discusión sistemática y honesta con la clase obrera y las capas populares, para dejar constancia de la verdad histórica.

Efectivamente, el socialismo en la URSS eliminó el desempleo y garantizó el derecho al trabajo permanente, a la vivienda, aseguró servicios de sanidad y bienestar gratuitos, educación y seguridad social para todos, aumento del tiempo libre. Aseguró la igualdad entre las naciones, tuvo una gran contribución a la emancipación de la mujer, al desarrollo de la cultura popular y los deportes para todo el pueblo. La contribución de la URSS a la solidaridad internacionalista, a la lucha contra el imperialismo y las guerras imperialistas, a la victoria antifascista de los pueblos en la II Guerra Mundial, y mucho más, fue inestimable. 

En el centro de todo esto está la hazaña de la abolición de la explotación del hombre por el hombre que afecta a la clase obrera en el mundo capitalista.

¿Cómo se consiguió esto? ¿En qué se basó el Estado obrero, el poder obrero revolucionario?

Esto es un asunto crucial. Porque la columna vertebral del socialismo son las leyes que rigen el nuevo sistema, la socialización de los medios de producción como base para la planificación científica central, teniendo como criterio la satisfacción de las necesidades y la prosperidad del pueblo.

Cuando estas leyes científicas se violaron y en su lugar se pusieron leyes y criterios del desarrollo y del mercado capitalista, el criterio de la autoconservación de las empresas y de las ganancias, se manifestaron el estancamiento y el atraso, surgieron fuerzas sociales cuyos intereses estaban opuestos al socialismo y se abrió el camino para la contrarrevolución y la restauración capitalista.

Esto ya lo hemos evaluado. La erosión oportunista gradual del PCUS, de su dirección en el proceso contrarrevolucionario tuvo un papel destacado.

Esto lo señalamos porque es de gran importancia que los comunistas y los pueblos asimilen las causas que llevaron a la contrarrevolución y que las estudien más en profundo, sobre todo hoy en día que esta en curso un esfuerzo metódico de cuestionar y pisotear los principios de la revolución y construcción socialista y se destaca como directriz  la “receta” que llevó al predominio del capitalismo en la URSS y en los demás estados que construyeron el socialismo.

Nos vemos obligados a enfrentarnos a esta línea.

No nos enfrentamos solamente a la proyección vulgar de la vía parlamentaria oportunista, la llamada “humanización” del sistema de explotación capitalista. Nos enfrentamos también a una red de análisis, posiciones y prácticas que niegan los principios básicos y socavan la lucha revolucionaria en el nombre del socialismo.

Como el llamado “socialismo con mercado” o el “socialismo del siglo XXI” que respaldan y son respaldados por empresas capitalistas, los monopolios y sus ganancias, destacando como elemento la fuerza laboral como mercancía, la explotación de la clase obrera.

La lucha de los partidos comunistas cobra sentido cuando luchan en base de principios por el derrocamiento del capitalismo y la construcción de la nueva sociedad socialista-comunista, sin explotación del hombre por el hombre. Esto se puede lograr solamente a través del poder obrero revolucionario, la socialización de los medios de producción y la planificación científica central, en un esfuerzo constante por desarrollar las relaciones de producción socialistas.

La lucha de los comunistas en todas las condiciones adquiere sentido a través del conflicto con el poder burgués, la clase burguesa y sus representantes políticos, partidos liberales y gobiernos liberales y socialdemócratas, con cada centro y alianza imperialista.

Cualquier desviación de este principio, cualquier participación, apoyo o tolerancia a gobiernos burgueses y cooperación con partidos burgueses lleva a los Partidos Comunistas a la cola de las clases burguesas, a participar en la gestión del sistema de explotación y a ser cómplice en la implementación de la política antipopular y los ataques del capital contra los pueblos.

Estudiamos los acontecimientos, las circunstancias específicas, las dificultades y las posibilidades en cada país en base al criterio de la elaboración de una estrategia revolucionaria, de concentración, educación y preparación de la clase obrera, en choque con los monopolios y el capitalismo, para su derrocamiento en oposición a la lógica de gestión e integración en el sistema.

A los Partidos Comunistas no se les juzga solamente por las consignas que utilizan. No basta con que un partido declare el socialismo como objetivo, no basta con condenar en general el imperialismo.

Los Partidos Comunistas son juzgados en la práctica, en los tiempos difíciles, son juzgados en base a su estabilidad en la lucha de clases, su postura ante la guerra imperialista, la preparación de rechazar los pretextos burgueses que se utilizan para atrapar a los pueblos, ya sean pretextos de asimilación en el nombre del “antineoliberalismo” y de los llamados “frentes progresistas”, o en el nombre de los denominados “frentes antifascistas” con la socialdemocracia, con fuerzas políticas burguesas rivales. O incluso, en el nombre del “antifascismo” que se utiliza para justificar la guerra imperialista en Ucrania entre EE.UU, la OTAN y la Unión Europea contra la Rusia capitalista, una guerra que está matando, está destruyendo al pueblo ucraniano y al pueblo ruso en beneficio de los monopolios.

La lucha contra el fascismo es tarea de los comunistas, de la clase obrera, de los pueblos, en línea de derrocamiento de la dictadura de los monopolios, del capitalismo que los genera. La posición que transfiere esta tarea a la clase obrera y su Estado, resta importancia a la lucha popular, fomenta confusiones y no sirve al movimiento obrero.

Tenemos mucho trabajo por delante y la discusión de hoy puede contribuir a una mayor reflexión y dar un impulso al esfuerzo de los cambios programáticos revolucionarios necesarios, a la intensificación de los intentos de fortalecer la lucha de los partidos comunistas, para el derrocamiento de la barbarie capitalista, para la nueva sociedad socialista-comunista.

 

06.12.2022